La armonía y proporción entre las diferentes partes corporales tiene también en los órganos más nobles su razón de ser, de este modo la aplicación adecuada de técnicas para reconformación de genitales externos por parte del cirujano plástico, que dispone del conocimiento anatómico preciso, permite a personas sanas con deseo de mejorar su aspecto externo, beneficios innegables en la autoestima incluso en ocasiones, con repercusión directa en su vida de interrelación personal.
Existen variaciones amplias en la forma y tamaño del pene, sin embargo la relevancia de sus dimensiones, es una cuestión que has sido debatida desde los albores de los tiempos a través de múltiples culturas,permaneciendo en nuestros días como foco de interés, favorecida por la disponibilidad actualmente amplia de imágenes. La situación contraria, genera frecuentes inseguridades y titubeos en la autoestima,
especialmente cuando la exhibición de alguna carencia real o por el contrario subjetiva, como en el complejo del vestuario, resulta inevitable; circunstancia que numerosos varones sobrellevan o soportan a lo largo de sus existencias.
Posibles intervenciones en cirugía genital:
Faloplastia de elongación (alargamiento del pene):
Se realiza mediante liberación parcial de los ligamentos que fijan los cuerpos cavernosos al pubis, complementada a veces con desplazamientos de la piel de las bolsas o escroto, y en algunos casos con liposucción del pubis. El incremento obtenido es variable, oscilando según características individuales, entre 1,5 y 4 cm, pero podemos a veces obtener longitud suplementaria, mediante el empleo diario de tracción correcta mantenida a partir de las 2 semanas de postoperatorio, por 6 meses.
Existen diferentes abordajes del apartado anterior, de esta forma algunos pacientes operados por otros, acuden presentando deformidades "en giba" de la base del miembro, irregularidades indeseables y pelo en el dorso del pene, además de retraso en la curación de la herida, circunstancias que por una parte corregimos o podemos reconducir, mientras por otra prevenimos no empleando técnicas que favorecen estas complicaciones.
Debe anticiparse que el ángulo de erección en actitud de pie se modifica, desde una posición preoperatoria más vertical, hasta la postoperatoria menos elevada, aunque sin interferir en la capacidad de relación.
Faloplastia de engrosamiento en actitud de reposo:
Existen técnicas adecuadas a cada caso en particular, como injertos de grasa tomada previamente de abdómen o muslos; otras utilizan injertos de piel y grasa, o incluso injertos de colágeno dérmico. La primera puede atrofiarse provocando distorsiones, nódulos irregulares, y alteraciones en su consistencia. Los segundos permanecen en mayor medida, aunque pueden resultar en acortamiento y curvatura. Sin embargo las técnicas que proporcionan colgajos de tejido púbico no presentan estos inconvenientes.
Nosotros además, hemos aplicado sobre los cuerpos cavernosos injertos de vena, mejorando los engrosamientos del pene en erección entre 1,5 y 2 cm.
Según el tipo de procedimiento indicado y en los pacientes que se consideren idóneos, combinamos alargamiento con engrosamiento del pene en reposo o incluso en erección. Algunas técnicas requieren una demora de 6 meses. Otros métodos de engrosamiento que utilizan injertos de materiales extraños, pueden modificar la sensibilidad del órgano viril.
La mayor parte de estos tratamientos pueden realizarse bajo anestesia local asociada a sedación de forma ambulante es decir sin necesidad de ingreso, o bien con una estancia breve durante la mañana. Otras técnicas van a requerir el ingreso postoperatorio de una noche. El período de convalecencia depende del procedimiento realizado, aunque puede establecerse entre 3 y 5 días, momento para las revisiones más inmediatas. Las suturas tienden a reabsorberse espontáneamente. El restablecimiento de relaciones se demora hasta las 4 semanas posteriores a la intervención.
La cuestión de los tamaños: Debemos establecer una máxima en las dimensiones del miembro, que es su "constante" variabilidad, en cualquier caso, pueden contemplarse los siguientes intervalos de normalidad tomados de la literatura científica (en ningún caso de pretendidos estudios raciales, de dudoso rigor y método):
En reposo, longitud medida desde la base dorsal en sínfisis hasta el extremo del glande, 10-11 cm, y circunferencia en su porción intermedia, 8-9 cm.
En erección, longitud 15-16 cm, y circunferencia 10-12 cm.
Corrección de pene oculto:
Cada vez son más frecuentes las consecuencias de excedentes cutáneos o adiposos de pubis y abdomen, agravadas por circuncisión radical en la infancia, que dificultan la propia localización, resultando en pene inaparente que incluso obliga a sentarse para orinar.
Existen formas congénitas, que asocian los anteriores a la presencia de tejido que le retrae hacia el interior.
Esta condición la podemos mejorar mediante liposucción, con o sin extirpación de tejidos excedentes, y fijación de tejidos residuales a la raíz de los cuerpos eréctiles.
Fimosis, tratamiento primario o bien secundario, y alargamiento de frenillo del prepucio:
En el primer caso, la estrechez del prepucio habitualmente desde el nacimiento impide exteriorizar el glande. En otros casos también puede ser adquirida por cicatrices. Se previenen así complicaciones aparejadas como parafimosis (constricción del glande por anillo de prepucio retraído), infección y cáncer de glande (el 50% padecen fimosis).
Realizamos liberación lo más conservadora posible del prepucio. También podemos tratar situaciones de reaparición por tratamiento previo insuficiente, e incluso ocultamiento del pene por circuncisión agresiva.
Corrección curvatura congénita del pene:
Aparecen en 1 de cada 300 nacimientos varones.
Durante la erección, son posibles las desviaciones hacia cualquiera de sus lados, considerando su corrección en los casos que interfieran con relaciones aceptables. Podemos obtener su enderezamiento aplicando suturas en el lado convexo.
Tratamiento enfermedad de La Peyronie o induración plástica de cuerpos cavernosos:
La induración más frecuente entre los 40 y 60 años de edad, puede promover la formación de una placa resultando en erección curvada y acortamiento. Más del 30% de casos tienden al agravamiento, indicando su tratamiento cuando dificulte las relaciones.
Obtenemos mejores resultados, eliminando la placa y rellenado sus defectos con injertos dérmicos, venosos u otros de muslo. En los casos que sea imposible la erección turgente, pueden indicarse los implantes.
Ausencia testicular congénita, o adquirida por su pérdida posterior:
Mediante implante de prótesis de gel de silicona o bien suero salino. Los primeros de mayor consistencia.
Rejuvenecimiento escrotal:
Algunos varones desarrollan con el tiempo aspecto péndulo de las bolsas y posible maceración de los pliegues de la piel. Su corrección implica reducir del excedente restableciendo sus relaciones normales con el pene.
Readaptación de genitales ambiguos:
Remodelación para permitir la vida de relación a pacientes intersexuales, cuyos genitales externos son insuficientemente adecuados a su orientación personal.
El frenillo del pene:
El frenillo del pene es un pliegue cutáneo que une la cara inferior del glande con la superficie interior del prepucio, y ayuda a contraer el prepucio sobre el glande. Cuando el frenillo es demasiado corto le puede suponer, a parte de los problemas estéticos, una desviación de la punta del pene o glande hacia abajo. El frenillo corto puede desgarrarse y sangrar, durante la erección, lo que provoca dolor en el paciente, y a la larga puede llegar a provocar problemas en la vida sexual del paciente, por ello es aconsejable realizar el tratamiento a edades tempranas.
La intervención del frenillo es muy sencilla y corta. Se realiza con anestesia local y consiste en seccionar el frenillo consiguiendo alargar la distancia del glande al prepucio.
Otros tratamientos reparadores:
Corrección de secuelas de intervenciones previas y de anomalías en la posición del orificio uretral sea ventral o dorsal, liberación de cicatrices o bridas peno-escrotales, que requieren el aporte nuevo de tejidos sanos.
En otros casos, la intervención pretende fundamentalmente reparar consecuencias indeseables de algún padecimiento o intervención previa, como deformidades y contracturas, mutilaciones rituales, traumáticas o incluso quirúrgicas por enfermedad tumoral previa.
TIPO DE INTERVENCIÓN: Quirúrgica.
TIPO DE ANESTESIA: General.
TIEMPO MEDIO DE LA INTERVENCIÓN: 1-5 h (dependiendo de la gravedad de la patología).
TIEMPO MEDIO DE HOSPITALIZACIÓN: 1-7 días.
TIEMPO MEDIO DE RECUPERACIÓN POST-ALTA: 1-30 días.
NIVEL DE SATISFACCIÓN: Muy alto.